Ojos infinitos, risueños.
Moraditas de frío
las manos.
Sobre una manta
yacía en la patera.
Manos fuertes
manos cálidas
elevaron al niño
hasta su pecho.
¿Será Jesús?
preguntó el pecho amoroso.
¿Quién eres tú?
preguntó el niño de Oriente.
¿Yo?
No tengo nombre:
¡llámame compañero!
María Luisa Heredia
» Ojos infinitos risueños .Moraditas de frío las manos. Sobre una manta, yacía en la patera». Cuanta verdad y realidad hay en esos versos , tan cercanas en los días de hoy . Son los niños que en la huida de unos pueblos ,hacía un futúro incierto navegan a la deriva . Desvalidos, desprotegidos , abandonados a su suerte, por el mundo llamado civilizado. Es un poema con una descripción muy real , acompañado de unas bellas imagenes, emanadas del corazón de la autora. Felicidades María Luisa.