Soy un árbol, pero no un árbol cualquiera.
Soy un ciprés, alto y majestuoso.
Mis ramas son cortas, pero fuertes
y siempre buscan la libertad del cielo.
Soy serio y gallardo, por eso, siempre me eligen
para los conventos y los cementerios.
Mi conjunto siempre da qué pensar y mi perfume es perenne.
Mi presencia, da tranquilidad al espíritu, tranquiliza la vida.
Desearía que mis ramas fueran acogedoras y cálidas,
sentirme protector, dar sombra al humano,
pero no puede ser, cada uno tiene su cometido.
Soy feliz a mi manera, pensándolo bien, me considero,
un árbol privilegiado.
Lola Costarrosa
Qué bien has representado al ciprés y a su entorno. ¡Qué bonito!
Enhorabuena Lola
Con que majestuosidad nos has presentado al Ciprés.
Qué bonito Lola!! Eres única…
Lola, como siempre fenomenal.