Un día en «Los Rosales»

La gran puerta de hierro forjado adornada con un bonito diseño,  dejaba ver  a través de sus barrotes, una encantadora y sencilla parcela.

Contemplarla era un deleite para los sentidos; puedo explicaros la belleza de las flores que surgían aquí y allá,  el color de la tierra, la ternura que inspiraban los sencillos enseres y adornos de la casa; todo allí transmitía amor y convivencia. Pero como se pueden describir las emociones?

Espero que al final de este texto inspirado por un profundo sentimiento de admiración, haya logrado hacerlo.

Estábamos en Los Rosales (El grupo de Las Troyanas) invitadas por Luisa, nuestra compañera del taller de Escritura Creativa, era domingo, día que parece que se disfruta más de todo… ¡Cuánto nos marcan las costumbres! Escribo con una sonrisa en los labios.

No puedo seguir deslizando la pluma sobre el papel, sin presentaros a Luisa: es de estatura media, belleza andaluza y cuerpo tallado por el baile;  su acento al hablar tiene sabor a Sevilla…y su mirada es dulce como la miel. Tiene una leve timidez que aún le añade más encanto a su personalidad.

Ya os podéis imaginar que día pasamos en su casa y en su compañía; a veces pienso que es un Hada y que moviendo su varita puede hacer magia con el tiempo y con la vida; se podía decir que es…casi…perfecta.

Su comida riquísima; y ya para culminar ese día especial, a la tarde, lecturas de poemas escritos en nuestro taller, y unos textos poéticos de Yibrán Jalil Yibrán.

Ahora toca silencio, me lo pide mi alma, y tengo que obedecer………

La dulzura siguió llenando el espacio…y el círculo  se completó con una buena taza de café y una rica tarta hecha por Luisa.

Me imagino que tiene un secreto; es más toda ella es un misterio. Siempre bella y pulcra, atendiendo a todo y a todos.

Sigo sonriendo y escuchando a Beethoven. Paseo junto a las golondrinas…y pienso que el ser humano es un misterio, mi rostro se contrae y  vuela la sonrisa, se va de mi faz animada en busca del enigma.

Un leve chasquido me saca de la ensoñación, poso mis pies descalzos en el frio suelo…y me topo de cara con Luisa, la humana, la mujer que camina sobre el tiempo; este le ha contado su secreto…y pensando, creo percibir la razón: ella lleva tejida junto a su piel…la sabiduría de miles de mujeres, que dieron origen a esta especie tan exclusiva. ¡Es una mujer Troyana!

Mª Luisa Heredia 21 de junio de 2019

3 comentarios sobre “Un día en «Los Rosales»

  1. gracias María Luisa . Has sabido expresar el sentir de todas nosotras.Fué un día espléndido donde el protagonista fué el buen ambiente y la gran amistad que allí existía . rodeadas de un entorno acogedor. Precioso el relato

  2. Gracias María Luisa es un placer haberte conocido ,así como a todas las componentes del taller y a la maravillosa profesora ,Carmen la artífice de que salgan esos relatos tan bonitos.Gracias Troyanas.

  3. Gracias Maria Luisa. Por el precioso relato que has hecho del día que pastasteis en la parcela de Luisa. Ya veo que el día fue estupendo.
    Me alegro que fuera así.

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