Andaba yo paseando por los jardines que hay próximos a mi casa, en una tarde apacible donde mi imaginación se echó a volar.
De repente veo a lo lejos una gran tortuga. En un primer momento pensé, ¿De dónde habrá salido? Me acerqué y la contemplé admirada por su tamaño, pero también porque se dirigió a mi en un correcto castellano.
Buenas tardes me llamo Harriet.
¿Tu eres la famosa tortuga que el naturalista Darwin trajo de las islas Galápagos y que los científicos andan buscando?.
Sí, la misma. ¡Qué interesante! Dime, cuánto tiempo llevas en nuestro país.
Pues verás, llevo años deambulando de aquí para allá.
He vivido muchas guerras de las que he salido ilesa. He visto el progreso industrial que ha trasformado la sociedad , pero también he visto cómo el ser humano a pesar de su inteligencia por ideas e intereses económicos , vuelve a caer una y otra vez en la desolación de las guerras.
Llevo años en tu país. Es una nación con gente grande y buena, pero también he sido testigo de la irracionalidad de unos políticos y del ejército que os llevó a una guerra . Fueron unos años tristes y crueles para todos los españoles.
Viví vuestra dictadura y posteriormente vuestra transición que hicisteis pacíficamente con el consenso de vuestros políticos y la sabiduría de vuestro pueblo.
Después y tras subirme a un camión de trasporte de ganado llegué a un lugar espléndido con una naturaleza salvaje que me trajo recuerdos de mis orígenes en “Las islas Galápagos”.
Le llamaban “La Sierra de Segura”. Allí entablé amistad con los pastores, de los que escuché historias de bandidos y de maquis que se refugiaron huyendo de la represión de la dictadura.
En una ocasión me llevé un buen susto: un aguilucho intentó cogerme para llevarme a su nido pero mi caparazón fue más fuerte y se escapó de sus garras, con el consiguiente golpe para mí. Pero ya ves que estoy bien protegida.
En mis conversaciones con los pastores, llegué a la conclusión, de que el ser humano es bueno, de naturaleza afable, pero de vez en cuando salta la chispa de la irracionalidad, la intransigencia y la obstinación, llevándolo a destruirse a sí mismo con guerras insufribles que traen consigo la devastación de las naciones.
Sería interesante que los científicos estudiaran el comportamiento y actitudes del ser humano que es capaz de llegar a estos términos.
Quieren estudiar mi evolución, pero yo los emplazo, para que estudien su comportamiento a veces tan irracional.
Bueno no te quiero aburrir con mis conversaciones. ¡No Harriet! me alegro de haberte encontrado y de escucharte, me has dado una gran lección .
Nos veremos mañana y en este tiempo que te halles por aquí disfrutaré de tu compañía.
Disfruta tu también de estas tardes soleadas en este maravilloso entorno.
¡Nos vemos! Adiós Harriet.! Adiós!.
Araceli Gómez
Que imaginacion!!
Un precioso relato lleno de creatividad, conocimiento de la historia y simpatia. Ha sido muy agradable leerlo.
¡Felicidades Aracelis!