La varita mágica

Érase una vez un hada llamada Celeste, que vivió en épocas muy lejanas, en un país llamado Arco Iris. Era muy linda y cariñosa, pero un poquito olvidadiza.

Sucedió que un día, estando con sus amigas que también eran hadas, fue a decir un hechizo y de pronto, se dio cuenta de que no tenía su varita mágica, pensó que sus amigas le estaban gastando una broma y que se la habían escondido. Al cabo de un rato, buscándola por todas partes sin encontrarla, Celeste se enfadó muchísimo con ellas, pues creía que se lo hacían por envidia.

Las amigas se sintieron muy ofendidas por como las había tratado sin haber hecho ellas nada, de lo que ella las acusaba. Después de hablar entre ellas, decidieron olvidarse del enfado y acordaron llamar a la Madre de todas las hadas, o sea la Reina Madre y contarle lo sucedido para ver si podía darle solución a este problema, pue ellas no sabían qué hacer. Así lo hicieron y la Reina las reunió a todas, una vez todas juntas le reprendió a Celeste su comportamiento para con las amigas, pues ellas además la habían ayudado a buscar su varita mágica; acto seguido hizo un conjuro que solo ella sabía hacer y de pronto apareció una varita muy bonita y brillante, pero esta iba a ser distinta de la que tenía, seria hecha apropiadamente para ella, pues sabía que seguiría siendo olvidadiza. Esta llevaría un chip, si un chip, pues la Reina estaba muy adelantada para sus tiempos y se la hizo así de moderna, claro que ésta llevaría un mando a distancia para poder encontrarla cuando la volviera a perder. A Celeste le pareció una estupenda idea y se alegró mucho pues así no había peligro de perderla otra vez. Le dio muchísimos besos a la Reina y le pidió perdón a sus amigas por su mal comportamiento: les dijo que no volvería a pasar nunca más. La Reina se despidió de ellas con mucho cariño y les dijo que siempre que tuvieran un problema que ellas no pudieran solucionar, la llamaran y ella vendría pronto.

Al día siguiente Celeste que estaba muy feliz y decidió darle las gracias de una manera que nunca olvidarían. Organizó una súper fiesta con una sorpresa que les gustaría mucho. La sorpresa apareció en la fiesta justo antes de empezar el baile, eran unos “hados”, si había hados, pero en otro país y ella les había pedido que vinieran a su fiesta para hacerles ese regalo por lo bien que se habían portado.

Estuvieron cantando, bailando y fueron muy felices esa noche, cuando acabó la fiesta, “los hados” prometieron volver cada vez que hicieran una fiesta e incluso volverían si ellas querían aunque no hubiera fiesta.

A partir de ese día todo volvió a la normalidad, ahora sí, cada una con su varita mágica y fueron muy felices para siempre, aunque nunca olvidarían ese día que conocieron a los “Hados”

 

Lucia Beltrán Pérez

2 comentarios sobre “La varita mágica

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *