Las nanas de Federico García Lorca

Cuando Federico García Lorca descubre en Granada, a una mujer cantándole a su hijo una nana, se acercó a ella para anotar la canción y comprobó que era una andaluza guapa, alegre; sin embargo, la nana estaba teñida de tristeza.

Desde ese momento, el poeta se dedicó a recoger las nanas de los distintos lugares de España y otros países de Europa, para poder comparar la diferencia entre ellos. Comprobó, que en cada sitio o lugar son parecidas y están llenas de poesía, aunque con las características típicas de cada lugar.

Hoy quiero escribir sobre algo de lo que Lorca descubrió al respecto. Me llama mucho la atención sobre todo lo escrito en el capítulo IV.

Habla, de cómo una madre, puede llevar con su canto al niño y transportarlo en la lejanía, a una aventura poética, porque las nanas se les cantan a los niños, cuando ya van comprendiendo las palabras, no antes. Cuando son recién nacidos solo se les ronronea. La siguiente nana es típica de Granada…

A la nana, nana, nana,

a la nanita de aquel

que llevó el caballo al agua

y lo dejó sin beber…

Lorca explica, que con este tipo de canción, el niño se entrega al sueño con placer y belleza. También hace que la imaginación del niño se dispare y pueda crear sus propias imágenes en su cabeza.

A la vez que la madre le canta, el niño descubre que es espectador y creador al mismo tiempo y que todo lo que le rodea está lleno de poesía.

Los niños son inocentes y a la vez sabios, lo comprenden todo mucho mejor que los adultos. La siguiente nana, también es de Granada, se canta en Guadix…

A la nana, niño mío,

a la nanita y haremos

en el campo una chocita

y en ella nos meteremos.

Las nanas expuestas hasta ahora, son andaluzas, pero en otras regiones de España son diferentes. Por ejemplo; en Salamanca y Murcia es al revés, la madre hace de niño.

Tengo sueño, tengo sueño,

tengo ganas de dormir.

Un ojo tengo cerrado,

otro ojo a medio abrir.

Al cantar la madre así en tono autoritario, el niño acaba por dormirse pronto, porque carece de defensa frente a su madre.

En algunas nanas se le asusta al niño, pero siempre con ternura y solo para que se duerma pronto, ya que es una criatura indefensa y se siente amenazado, por las palabras de su madre. Ella, solo necesita estar tranquila, para poder hacer sus quehaceres diarios.

Algunos niños rechazan las nanas, porque no les puede gustar el contenido de sus letras, pero la habilidad de la madre, las transforma en otras canciones o cuentos, que sabe que les pueden gustar, porque ella conoce mejor que nadie a su hijo.

El estudio de Federico García Lorca, sobre las nanas, me ha parecido fascinante y por ese motivo, lo quiero dejar plasmado este artículo de opinión.

 

María López Moreno…

 

 

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