El investigador

Cuando anunciaron lo de la pandemia mundial, al doctor Esteban Gutiérrez, se le heló la sangre en las venas. Hacía tiempo que tuvo un sueño, cuando era joven e investigador, pero nadie le hizo caso. Ahora estaba jubilado y vivía solo, su mujer y su hija, habían muerto y él, se había refugiado en una casita en el campo.

Tenía un pequeño laboratorio donde seguía investigando lo que comenzó de joven. Nadie lo creyó. Todos se rieron. Pero él sabía que algún día, esas investigaciones podrían salvar muchas vidas.

En su sueño vio personas ahogándose sin poder respirar y por eso, sus investigaciones estaban dirigidas a los pulmones.

Dejó el campo y se fue a la ciudad, metiéndose de lleno en todo el conflicto. Sus investigaciones estaban muy avanzadas, pero los gobiernos y los ministros de sanidad, no le hacían demasiado caso.

Eran escépticos hacia esa medicina y no ponían dinero para ello. ¿Cuántos años tiene doctor? Le preguntaban. Ochenta, decía él. Entonces le daban la espalda, diciendo que saliera de allí, porque era persona de riesgo. Se volvió a su laboratorio y comenzó a trabajar, costeando todo con su propio dinero.

Contrató a científicos jóvenes y él hizo de cobaya, para hacer sus propios experimentos.

Un día se despertó enfermo. Llamó a Luis, su mejor colaborador.

Le dio las órdenes oportunas, de cómo administrar el medicamento y se metió en la cama.

Luis, estaba maravillado de esa perseverancia y de los valores, que ese hombre tenía. Iba a salvar a la humanidad de una catástrofe con sus acciones, aunque lo trataban de loco. Pero él sabía que no era un loco. Era un hombre íntegro, que creía en la ciencia y la anteponía a sus intereses.

Esteban, experimentó en su propio cuerpo la devastación de la enfermedad, e iba perfeccionando el tratamiento, hasta conseguir la fórmula adecuada.

Se curó y puso a disposición de los más desfavorecidos su medicina. Era gratis, él solo quería salvar vidas, el dinero ya no era nada para él.

Así logró cortar una pandemia un hombre mayor y jubilado, que nadie pensaba que podría hacerlo. Se hizo famoso y reconocieron su valía, pero él ya no quería nada más que vivir en su casita de campo. Todo el dinero era para una fundación sin ánimo de lucro y cuando murió a los cien años, le hicieron un reconocimiento con una estatua. Vivió eternamente, en las memorias de todo el mundo.

 

María López Moreno

 

4 comentarios sobre “El investigador

  1. Que gran relato. Nos demuestra como la perseverancia de un cientifico llega a dar sus frutos. No importaba la edad era una persona inteligente y buena con ganas de ayudar a la humanidad. Me ha gustado mucho. Felicidades Mari

  2. Precioso Maria!! El hizo de conejillo de india, porque creía en la ciencia y tenia la certeza de que su trabajo le ayudaría a salvar a muchas personas

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