Soy una flor humilde, insignificante. Estoy en un gran prado a la vera del camino, rodeada de margaritas y amapolas, bañada de rocío. Soy tan pequeña que paso desapercibida, apenas me ven, por eso me gusta juntarme con mis amigas, nos ponemos todas juntas para hacernos notar, no hay persona que pase que no se sorprenda.
Formamos un manto violeta, agradable a la vista, y regalamos una suave fragancia muy peculiar. Esta primavera estamos tristes, hay mucha soledad, no viene gente, no pueden salir.
Estamos ansiosas por recuperar la alegría que nos dan, el murmullo, el jaleo, la algarabía.
Antonia Campos
Antonia has realizado una descripción muy hermosa de las humildes violetas , ellas que nacen solas en la sierra sin necesitar de la mano del hombre. He visto
el manto de violetas en el campo .Preciosa descripción.
Que soliloquio mas bonito. Parece que estas al borde del camino, escuchando a la violeta, y oliendo su perfume.
¡Felicidades Antonia!
Bonito soliloquio de las violeta Antonia!!