Una estrella solitaria…

Siempre que tengo ocasión de ver el cielo en las noches, esas  noches de  playa o ese lugar donde no hay tantas farolas que te quitan la nitidez de la noche, me quedo mirando fijamente y observo ese mundo imaginario que me hace soñar que soy una estrella solitaria recorriendo el firmamento, admirando planetas, otros mundos entre enormes y suaves nubes de algodón y luces que destilan las estrellas.

El Cosmos debe de ser como un inmenso Jardín para Dios, como un despacho de trabajo donde él dispone a su gusto de este mundo que se inventó y regaló a los mortales.

Pienso que Dios se equivocó con nosotros; quiso hacernos un Edén, pero tarde comprendió que, dando tanta inteligencia al hombre, tarde o temprano acabaría todo en una torre de Babel como aquella que él destruyó una vez.

El hombre sigue insistiendo en ser más y más superior, le gusta someter a los demás y compararse con el mismo Dios; ni siquiera mira la belleza que nos rodea en este mundo maravilloso que nos donó, pero lo peor es que tampoco le importa la amargura de otros hermanos nuestros sumergidos en la miseria más absoluta por carecer de todo, eso, no quieren mirarlo.

A Dios se le olvidó una cosa: no pensó las consecuencias que tendría hacernos a su imagen y semejanza.

 

Lola Costarrosa

2 comentarios sobre “Una estrella solitaria…

  1. Querida amiga Lola. Mi más calurosa enhorabuena por este magnífico relato, que escrito con mano experta y mente soñadora, has dado lugar a los elementos que conforman el Cosmos: La belleza, Dios y el hombre.
    En el hablas de la hermosura del Universo, del fulgor de su luz; y también de la supremacía del hombre sobre el hombre, que tanta oscuridad y miseria a traído a este mundo.
    Y el final de tu texto es soberbio: Dios, no pensó las consecuencias de hacer al hombre a su imagen y semejanza.
    ¡¡Enhorabuena Lola!!

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