El débil sol del atardecer…

-Carta al Otoño-

Querido otoño:

Te escribo esta carta porque te echo de menos.

Los últimos días de verano la tierra gime de sed, bajo este sol tórrido.

A la vera del camino una lila, está implorando agua. Sus hojas mustias, no tienen brillo, sus ramas mirando al cielo, suplican tu llegada, esperan, con impaciencia, verte pronto, que le envíes ya tu ansiada lluvia.

Día tras día, cuando paso al lado de la lila, la veo arrugándose. Si no vienes cuanto antes, presiento que no aguantará, que va a desfallecer. Me da mucha pena, pero confío en ti, que cada año, cuando parece que todo está perdido, llegas justo a tiempo con tu viento, huyendo de la negra tormenta, zarandeando las hojas secas, que se resisten a caer volando como plumas, con tus días de lluvia que tocan con sus dedos, la frondosa arboleda dorada. Te echamos de menos pintando el paisaje de amarillos, ocres y dorados, con el débil sol del atardecer, con tu luz nebulosa de las horas lánguidas, dejando una bella alborada.

No tardes en venir, que te esperamos con ansiedad, eres muy necesario.

Recibe un fuerte abrazo de tu amiga.

Antonia Campos

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