Nací en Andalucía, donde los buenos sentimientos el duende de esta tierra los transforma en poemas bellos. Llegué un trece de Abril, Viernes Santo de Cuaresma. Cuando despiertan las flores y su fragancia despliega.
Los olores primeros que percibí eran los de esas fechas; arroz con leche y canela, natillas, pestiño y las torrijas de la tierra.
Al tomar en sus senos la leche materna, tenía miles de sabores y una mezcla de olores que hasta en el cielo podían olerlos; a eso olía mi casa el día qué vine a la tierra.
A la edad de cinco años, jugaba en el patio con mí muñeca Keka, a la sombra del jazmín y la madreselva. Con las flores que cogía, aguja e hilo hacía bellos collares y diademas para ella. Cuando se cerraron las puertas y las plantas ya no estaban, a oscuras y en silenció la fragancia del jazmín y madreselva, siguió siempre impregnada.
Cómo añoró mí casa.
donde vi la luz primera,
ese día de primavera,
una mañana hermosa.
Manoli Olivares
Querida Manoli, tu bonito relato dice mucho de tu amor a la naturaleza, de los recuerdos que tienes de tu primera infancia, y de tu ternura.
¡¡Enhorabuena querida compañera!
Un relato lleno de aromáticas fragancias . Has empleado unas descripciones muy bellas. Felicidades Manoli