Cristóbal Colón era un joven aventurero con muchas ideas en la cabeza. Era osado atrevido , no le tenía miedo a nada. Desde hacía tiempo le rondaba una idea por la cabeza: ir a las Indias . Eso no era extraño , en aquel momento había barcos que solían ir a comprar las especias de manera habitual. Lo extraño era ir por otra ruta que no había ido nunca nadie.

Cuando Cristóbal Colón pensaba en partir con las  carabelas, tenía un presentimiento y nadie le apoyaba, le decían que estaba loco, que no podría ir  hasta las Indias por otro sitio que no fuera el establecido.  Creían que la tierra era llana y caería por un inmenso precipicio. Entonces conoció al Quijote y fue quién lo animó a seguir adelante. Cristóbal le explicó su intención y le dijo:

Mi querido amigo, nadie me cree pero yo sé  que tú me entiendes.

A lo que  el Quijote le contesto: naturalmente, no hagas caso de esos descerebrados, qué  sabrán esos ignorantes.

Y Colón le explicó: ¿verdad que tú lo ves igual que yo? Si doy la vuelta por el otro lado seguramente que el camino será más corto y se ganará tiempo.

El Quijote  le daba la razón: por supuesto yo lo veo claro igual que tú. ¡Adelante! ¡Que  nada te detenga! La humanidad te recordará siempre por tu atrevimiento ¡La vida es para los intrépidos! Ya verás cómo lo consigues y el mundo entero te lo agradecerá. Si necesitas ayuda aquí  estoy yo para lo que necesites. Podemos ir los dos juntos y cada vez que te encuentres con gigantes o te veas en el aprieto de defender a alguna dama yo te ayudaré que en eso tengo mucha experiencia.

Y fue así como Colon se atrevió a hacer tan digna hazaña.

Antonia Campos Hermosilla