Vino el que yo elegí,
el que yo llamé en tantas noches sin sueño.
No el que arrasa y manipula con su conocimiento.
No el que defiende su Ego, maltrata y mata.
Vino el que yo elegí,
el que yo soñé.
Me enseñó una pequeña flor,
sumida en su inocencia y a mí, llegó el conocimiento.
El conocimiento de la sencillez,
de la belleza,
de la perfección y
del asombro.
Me dejó enredada en su larga cabellera
soñando tiempos mejores
nuevos sueños de luz y esperanza
que transformaron mi alma.
Vino el que yo elegí,
el que yo añoraba en mis noches de invierno.
Querida Pilar, tu poema es un canto a la esperanza, del que sabe que detrás de la bruma de la noche, existe algo mejor que ansiamos, y nos revelamos a no tener. Es un canto a la promesa esperada,
¡¡Felicidades!!
Un poema lleno de esperanza , esa ansiada busqueda ha obtenido su recompensa. Te felicito Pilar , en el poema se palpa la positividad del escritor. Felicidades