Mariposa del Arcoíris, relato de Luisa Aguilera

Mi nombre es mariposa del Arcoíris. Soy majestuosa, con alas grandes terminadas en pequeñas ondas, que parece una blonda de encaje, tejidas por manos primorosas; de color amarillo y negro, mi cuerpo es esbelto con antenas largas y cimbreantes, mis ojos son verdes y rojos.

Soy divertida y alegre, mi vida es muy placentera, paso las noches en un arbusto llamado Dama de noche, entre sus hojas me siento protegida y con su dulce aroma, hace que tenga sueños maravillosos.

Por la mañana al despertar, visito a mis amigas las rosas que con su hermosura y perfume me eclipsan, me dan los buenos días y me ofrecen las gotas de roció de sus pétalos para que me asee.

Sigo mi vuelo visitando a  las flores y plantas y conversando con otras mariposas e incestos también visito a mis amigas las chicharras,  suelo hacerlo temprano porque cuando el Sol está encima de los árboles se vuelven locas cantando y mis antenas tiemblan de terror.

Mis alas surcan los cielos con graciosas piruetas, descanso aquí y allá bebo agua de los ríos, me alimento de la rica miel que me ofrecen mis amigas las abejas , pero también me gusta volar por los pueblos, visito los balcones llenos de plantas y oigo cantar a algún canario encerrado en la jaula, eso no me gusta y me poso en ella para darle compañía, también me gusta posarme en las ramas de un árbol que se encuentra junto a un colegio, donde los gritos y risas de los niños me atrapan.

Un día revoloteando me posé en la rama de un arbusto y me encontré con una avispa la saludé, ella me miró y me dijo: ” eres preciosa, nunca he visto una mariposa como tú, tenemos los mismos colores pero mis alas son transparentes”.

Asombrada la miré y vi que tenía un ala rota las patas torcidas y un ojo hinchado, le pregunté ¿qué te ha pasado amiga para estar en este estado tan lamentable?

¡Ay! Mi querida amiga, estaba volando tranquilamente y de pronto me vino un olor a gambas, comencé a buscarlas y vi una mano muy grande que la transportaba, fui hacia ella y clavé mi aguijón, pero en vez de la gamba pique el dedo y para mi desgracia, una mano inmensa se estrelló contra mí, cuando desperté estaba hasta sin dientes.

Otro día me posé en la orilla de un rio a mitigar mi sed, sentí unos sollozos, busqué con mis antenas y descubrí a un caracol junto a un charco de lágrimas, ¿por qué lloras amigo? Soy muy desgraciado tengo que encontrarme con mi madre, que estaba en una lechuga y se la llevaron y un gorrión me ha dicho que está en el mercado y como soy tan lento paso mucho tiempo solo y me aburro-

“No te preocupes amigo, me llamo Arcoíris y te acompañaré, charlaremos y así no te sentirás solo”.

Empezamos el camino, yo revoloteaba a su alrededor, le describía el paisaje tan maravilloso desde la altura. Pero era tan lento que pensé ¡Yo tengo una vida muy corta, si le acompaño moriré en el camino! Miré al infinito y vi un bello Arcoíris y con lágrimas en los ojos, blandí mis alas hacia él.

3 comentarios sobre “Mariposa del Arcoíris, relato de Luisa Aguilera

  1. ¡Felicidades Luisa! Tu historia es tan esplendida y bella, que siguiendo a tu mariposa, podemos ver toda la belleza, gracia y agradecimiento, que hay en la naturaleza que nos envuelve, y que tu has trasmitido magistralmente.
    Un abrazo compañera.

  2. Felicidades luisa. Con tu relato nos has llevado a contemplar la naturaleza de forma bella, escrito de forma cercana y a la vez directa. Espléndido relato. Felicidades Luisa

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