-Carta al Otoño-
Querido otoño, como cada año te doy la bienvenida, y mantengo la esperanza de hacerlo durante muchos tiempo.
Cuando al atardecer los rayos del sol, caen áureos sobre la tierra: sé, que te aproximas.
Desde mi ventana vi, caída en el suelo del jardín, una hoja de arce ocre y tersa, que en su maduro esplendor, despedía destellos dorados.
Querido amigo, he aprendido de ti, a lo largo de las estaciones que representan el ciclo de la vida, que en ellas no hay nada en vano.
La luz rompe la oscuridad, La lluvia hiende y fecunda la tierra, la nieve es el sudario blanco y frio que todo lo cubre, y calladamente y en paz, llenando el espacio de lágrimas diamantinas, espera con el nuevo ciclo vital, el renacer del pálpito de la vida.
Te imagino con paciencia esperando la llegada de tu tiempo. Recogiendo los frutos de cada estación, valorando con tesón y valentía, los mil matices de cada gesto de la naturaleza.
Querido otoño, por el sitio que ocupas, te has hecho señor de todas las miradas, de cada ser humano que vive tu ciclo.
A pesar de tu responsabilidad, nunca te olvidas, del juego de las luces y los colores. Demandas al viento ligero que eleve las hojas en el aire, y sirvan de juego para los niños, y de dulce encanto para los enamorados.
La tierra te recibe como un don, como un regalo, y espera de tu sabia paciencia, que derrames sobre ella toda la energía, experiencia y sobriedad, que estación tras estación, has ido cosechando.
Tu morada querido otoño, la llenas de una dulce, bella y cálida policromía. Mi corazón levanta el vuelo cuando veo el horizonte de tus días. Esos días querido amigo, en que, gota a gota, dolor a dolor, has cosechado como oro puro para mí.
Me gustaría llegado el momento, fundirme en tu espíritu, y tras mi estación, sentir la fría nieve bajo mis pies. Que mis cabellos volaran como las hojas de arce, que mis brazos como ramas desnudas se elevaran hacia ti, rodeando tu dorada cúpula llena de sabiduría.
Querido compañero de viaje, me despido de ti hasta tu futura llegada. Pisare sobre tus huellas, sobre las hojas, bajo la lluvia, y sobre la nieve blanca y fría.
Cuando los rayos del sol caigan dorados sobre la tierra, sabré que has llegado; y será la hora de escribirte de nuevo…una carta, querido otoño.
Mª Luisa heredia
Marina Luisa, cómo siempre nos has deleitado con tú recorrido de gran bello, por esos parajes otoñales recreando tu imaginación en ese largo recorrido de tu experiencia vivida en esos lugares donde la mágica fluye .
Preciosa carta a tú querido otoño.
Enhorabuena compañera.
Gracias manoli, por acompañarme con tanto cariño, en mi carta junto al otoño.
Un abrazo querida compañera!!!