Querida amiga:
Soy tu muñeca Clara y te escribo esta carta para que sepas como me encuentro.
Cuando me dejaste olvidada en el banco del parque, vi como llorabas, pero yo no podía hacer nada porque ya estabas lejos. Unas manos pequeñas me habían acariciado y al abrir los ojos me topé con otros ojos cariñosos y cálidos, de color cielo, y unos bracitos que me acunaron junto a su corazón.
Quiero que sepas que aunque te echo de menos soy muy feliz. Estoy conociendo un mundo diferente, porque mi nueva amiga no tiene casa. Vivimos en las calles y en los albergues, pero eso hace que cada día sea diferente y de distintos colores. He recorrido muchas ciudades. He visto amaneceres y atardeceres espectaculares. He paseado por playas con olas llenas de espuma y también, por alguna montaña llena de verdor y de flores. Pájaros, mariposas y algún que otro insecto, que me dan un poco de miedo, cuando mi amiguita cielo me deja sobre la hierba para descansar. Pero yo soy feliz, conozco a muchas personas y a otras niñas y todas quieren jugar conmigo.
Te echo de menos, pero soy feliz, porque sé que mi nueva amiga me necesita mucho, porque ella… tiene muy poco.
Hasta pronto y te mando un montón de besos.
Tu muñeca Clara.
María López Moreno
Mari, muy tierno, me encanta.