Querido otoño, este año te esperaba con anhelo, me hacías falta.

Cuando esta mañana vi tu rastro dorado sobre el verde de la hiedra, mi corazón latió aceleradamente y mi sonrisa, llenó de plenitud todo mi ser.

Querido amigo, no creas que espero tu llegada para contarte mis aflicciones, pero durante este tiempo esperando tú llegada, he sentido muy cerca, el frio gélido del invierno, y el sabor amargo de la soledad.

Ahora en la mañana, soleas mi vida, y toda la hojarasca acumulada en mi pecho, la ha barrido tu inusitada calidez y tus colores anaranjados y ocres.

Espero en éxtasis tu fina y transparente lluvia, que hace renacer todos los resortes de mi cuerpo, esperando el momento que ocupes mis espacios, mis días y mis noches, y sobre todo, los amaneceres: ese momento mágico, cuando tu sabia piel roza mis sentidos, empapándolos de rigor y poesía.

Quiero escuchar de tu cálido aliento, como eres en el páramo, en las islas tropicales, y como eres en el norte, donde la aurora boreal consigue todos los requiebros.

Tú serás el viajero que siempre llega cabal a su cita, el cartero que siempre lleva misivas de buena nueva, y hace que la vida se renueve cada año en los corazones maduros, disfrutando así de la buena compañía y del amor.

Querido amigo, me he acostumbrado a ti, a tus juegos de magia al atardecer cuando la luz casi dormida, traspasa las copas de los pinos milenarios iluminando la cama que has preparado, con hojas de arce y suaves y tiernas agujas de pino.

Sé que el amor y el ardor de nuestros encuentros son mutuos, pero cada vez llevo peor tus ausencias, y sueño con tu proximidad, con tu aliento, con tu fuerza serena, y con tu regreso imperecedero.

Otoño querido, te agradezco el tiempo vivido en tu compañía, y sé que allá por donde pases dejaras tu sello de justo y sabio, y tu gran capacidad para apreciar la vida que regalas a nuestros sentidos.

En espera de tu regreso y de tu querida compañía…siempre tuya:

María Luisa.

 

Otoño 2021