Mira, brota el agua de la roca milenaria
y busca el camino que conduce a la fuente.
Resbala por los granos de la tierra
susurrándole al viento en su presencia.
El lago, quieto como un tálamo nupcial,
espera el rumor de la brisa y el sol lo llena de luces doradas.
El alba levanta el velo de la noche
y miles de rosas adornan el paisaje.
Lamentos y cantares rizan la tarde
y un inefable espíritu, rompe el silencio de la melancolía.
Maria Luisa, describes un bonito cuadro digno del Prado que toca la sensibilidad. Enhora buena.
Gracias Antonia, hermosas palabras, plasmadas con delicadeza y poesía.
Enhorabuena,tu mano sí conduce, con armonía ese agua.!!!!
Gracias Luisa. Mi corazón ha sentido, la armonía del agua con tus palabras.