Dueto de amor para guitarra y violín, de Antonia Campos

EL AMADO:
Amada mía, son tus cabellos, hilos de bronce que adornan tu bello rostro.
Tus cejas, dos arcos románicos protegiendo las verdes esmeraldas que alumbran mi destino…bajo el visillo de tus pestañas.
Tus labios, dos corales incandescentes que ocultan tus pensamientos.

LA AMADA:
Amor mío, hilos de plata son tus cabellos.
Coronan tu rostro presidido por dos puentes romanos que protegen ambas piedras de negro azabache, como noche oscura, tras la cortina de sus espesas pestañas que se ocultan en un día de lluvia.
Tus labios, líneas del horizonte que atesoran el futuro.
Y tu cuello, tronco tallado de un olmo, de donde parten dos robustas ramas terminadas en palmitos abiertos al aire.

EL AMADO:
Son tus labios, dos corales incandescentes que ocultan tus pensamientos.
Tu cuello, hermosura mía, esbelta columna dórica, de donde nacen palomas al viento.

LA AMADA:
Es tu pecho, amado mío, armadura de un caballero andante acompañado del ombligo, abrazo con la madre.
Y tus piernas, dos columnas de un templo griego que se sustentan en sus pies.

EL AMADO:
Tu pecho, vida mía, joyero que guarda los secretos.
Tus piernas, columnas que sostienen tu templo, balanceándose con sus pies, bailarines de ballet.
Y tu vientre, dulzura mía, templo que alberga el ser, presidido por tu ombligo, puente entre dos vidas.

El amor
es un sentimiento profundo
que brota
como manantial en tierra árida.

3 comentarios sobre “Dueto de amor para guitarra y violín, de Antonia Campos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *