¡¡Que saborcillo tan fino!!
Son una gloria de Dios.
Con su aparente pobreza,
nadie les gana a sabor.
Las patatas, ¡Dios del cielo!
Nadie la puede imitar,
por muchas modas que vengan
como las papas ni hablar.
Pienso que Dios desde el cielo,
mandó al mundo su maná
en forma de patatitas,
después…todo lo demás.
Mas, por listos que seamos,
si quiere uno destacar,
las patatas, por delante;
¡no te fallarán jamás!.
¡Esas patatas asadas!
¡Esas bombas con jamón!
¡a esa tortilla de papas…
nadie les dice que no!.
Señores, seamos conscientes
hay comidas de valor,
pero la humilde patata,
por delante vive Dios.
Cuando me faltan las fuerzas
o no quiero pensar más,
un vermut bien escanciado,
aceitunas del lugar,
y mis patatillas fritas.
Señores, ¿hay quien dé más?
Lola Costarrosa