Los sahumerios

el aire impregnan

de incienso.

Kítharas, danzas

Y crótalos de oro

Tañen risas.

Cuerpos de mujer

Velados por leves tules.

Corona de rosas,

Pétalos

Que el viento seca.

Dioses vespertinos

Matan la luz rosada

Del atardecer

Y la noche

Despliega su negrura.

Espadas de doble filo

Talan el amanecer

Y ríos de sangre,

Cambian

la luz de la aurora.

¡Hécuba!

¡Grita un coro de esclavas!

Sangre de  ángeles claman

¡Madre! ¡Madre!

Imagen desnuda.

Manos que imploran perdón.

¡Herodes!

Risas de hienas

Llenan   de horror

la alborada.

Un corazón

late en la arena y sangra.

Una sombra pétrea

Regresa y pide…

¡Dadme un manto negro!

Mis manos están vacías.

Espada de fuego

Es mi corazón.

Mi alma de hielo

Pide venganza

Para mis amores nacidos

Y vilmente asesinados.

¡Involución!.

Mis uñas son garras,

Y mis colmillos

afilados puñales

Que desgarran la vida.

¡Apocalipsis!

Vago a través de la eternidad.

No tendré olvido ni reposo

Y mi aullido

Será escuchado

A través del viento

Que barre los siglos.

María Luisa Heredia Castillejo